miércoles, 31 de julio de 2013

Good morning Vietnam!

Nuestro vuelo finalmente aterrizó en tierras vietnamitas, no sin antes realizar una parada técnica en Bangkok. A la salida del aeropuerto, con más de 11 millones de Dongs encima (al cambio unos 400 euros) nos dispusimos a recorrer los 35 kms que nos separaban del centro de la ciudad. Como buenos backpackers ignoramos todos los mini buses y las típicas agencias para coger un bus de línea local repleto de lugareños.



Nos esperaba un trayecto largo (unos 50 minutos) y entretenido. El espacio vital para el confort, la respiración y la transpiración brillaba por su ausencia. Durante este viaje conocimos a una serie de vietnamitas, que a pesar de la barrera idiomática, nos explicaron en qué parada debíamos bajar y coger otro autobús. Nos sorprendió que una abuela de 66 años se preocupara hasta tal punto de bajar con nosotros, indicarnos y esperar a que cogiéramos correctamente el siguiente autobús dejando pasar el suyo.


El hotel Symphony donde nos hemos hospedado en Hanoi está en una calle muy céntrica cerca del Lago Hoan Kiem. Ese día cenamos los primeros noodles en un puesto callejero y compramos unos billetes de tren nocturno para ir a Sapa la noche siguiente. 




Al levantarnos recorrimos el barrio antiguo a pie. De él destacamos que las calles se separan por gremios (chatarrerías, herboristerías, tiendas de celo, de zapatos…) Además de esto, el cableado eléctrico es un sin sentido de cientos de cables aglomerados en un mismo poste. Visitamos algunos templos y mercadillos callejeros y en una parada hidratante dos de nosotros se atrevieron a probar larvas. ¿Quiénes creéis que fueron? (Hagan sus apuestas en los comentarios!!).





Otro aspecto que nos ha llamado muchísimo la atención es el caos que se vive. Las motos y coches circulan a su antojo por la ciudad haciendo caso omiso a las señales de circulación y a la preferencia de los viandantes a cruzar la calle. Intentar cambiar de acera se convierte en una aventura que puede acabar en tragedia. La técnica es cruzar, no mirar y no parar que ellos ya te esquivan.







La siguiente parada era el Mausoleo del líder norcoreano Ho Chi Minh. Llegamos en taxi al complejo y paseamos por la amplia y extensa plaza. Ésta, al igual que el mausoleo, se encuentra protegida y vigilada por militares armados.

De ahí caminamos hasta el Templo de la Literatura. Se trata de una serie de edificaciones que recrean lo que fue la primera universidad de Hanói seguidora de las doctrinas de Confucio (inventor de la confusión J).








Nuestra tarde en Hanoi la dedicamos a ver el teatro de marionetas de agua que no recomendamos a no ser que quieras echarte una siesta como hizo uno de nosotros ¿Quién creéis que fue?

También paseamos alrededor del lago y Dani probó el improvisado y rudimentario gimnasio que tenían montado en plena calle. Por último, cogimos nuestros abultados bártulos, y nos fuimos a esperar el tren nocturno para ir a Sapa des de donde ahora os escribimos.






Estamos muy contentos del seguimiento del blog y os damos las gracias por ello. Animaros a responder las preguntillas, quien más de ellas acierte tendrá un souvenir exclusivo vietnamita. A jugarrrrr!!!!



Laura, Dani, Xavi y Eli

lunes, 29 de julio de 2013

Un día en Doha (Qatar)

Estábamos mentalizados que el primer día lo pasaríamos entre aeropuertos y zonas de tránsito ya que inicialmente íbamos a coger tres aviones: Barcelona –Doha, Doha- Ho Chi Minh y Ho Chi Minh – Hanoi.

Debido a problemas informáticos en el aeropuerto de Barcelona salimos con un retraso de 2 horas aunque la compañía de Qatar nos aseguraba que las conexiones no estaban perdidas. ¡Cuán inocentes fueron estos cuatro cachorrillos que os escriben fiándose de los jeques y amos de los petrodólares! Al llegar a Doha, no había nadie esperándonos y por mucho que corrimos por la terminal nuestro vuelo ya había despegado veinte minutos antes.

La compañía nos gestionó un vuelo esta vez hasta Hanoi, nuestro destino final. Con el único “inconveniente” de permanecer en Doha, la capital de Qatar, durante un día a gastos pagados. Tras conocer esta información, valoramos en la sala vip del aeropuerto esta posibilidad mientras nos deleitábamos con un suculento tentempié.  



Compartimos un gran hotel con una pareja de catalanes que estaban en nuestra misma situación. El hotel, para nuestra sorpresa, tenía cuatro estrellas y una gran azotea con piscina en la que refrescarse y admirar las vistas del skyline de Doha.


Pese a dormir pocas horas, decidimos madrugar y aprovechar el día que teníamos en Doha. Al salir del hotel el golpe de temperatura fue brutal, unos 45 grados de calor seco y viento ardiente nos acompañaron durante nuestro paseo por el zoco, unas de las pocas construcciones antiguas que han sobrevivido a la vorágine constructora de la ciudad. Este mercado antiguo estaba impregnado de olores a especies y pajareras. Quisimos volver en taxi pero fue imposible encontrar uno que no estuviera lleno. Exhaustos por el calor, nos refrescamos en la piscina del hotel y disfrutamos de un buffet libre de gastronomía qatarí dejando para más tarde la visita al centro de la ciudad.















Recuperadas las fuerzas, cogimos un taxi hacia el Villagio, un centro comercial de lujo ambientado en Venecia. Este recinto que nos recordaba al que habíamos visto en reportajes de Las Vegas nos impresionó muchísimo ya que parecía un palacio y tenía canales, góndolas, una pista de hielo y marcas de muy alto standing.





La siguiente parada fue la visita de los rascacielos del city center. Para verlos mejor (y por dentro) nos colamos en uno de los hoteles más altos que había y ascendimos todo lo que pudimos en varios de sus ascensores. Antes de volver a nuestro hotel, y como última parada, vimos la mezquita más importante que aún estaba en construcción.







Después de cenar, la niebla desértica que rodeaba las vistas se desvaneció y decidimos ir a la azotea a disfrutar del skyline por última vez.



El descanso previo al vuelo a Hanoi fue interrumpido por la recepción del hotel que nos hizo salir a toda prisa y nos llevó al aeropuerto para coger, por fin, el vuelo que nos llevaría a Vietnam.

Nuestra primera toma de contacto vietnamita ha sido inmejorable. Pero para saber eso y más, tendréis que esperar al próximo post. Muchos recuerdos de todos y para todos. Como leéis nos cuidamos muy bien.

Laura, Xavi, Dani y Eli