jueves, 15 de agosto de 2013

Última parada: Ho Chi Minh City


El vuelo que cogimos hacia Ho Chi Minh nos ahorró el calvario de un sleeping bus de muchísimas horas. Llegamos al anochecer y nuestra primera impresión del hotel que nos despediría de Vietnam no fue de las mejores del viaje. Las habitaciones tenían (y olían) a humedades por no hablar de los pequeños y escurridizos habitantes que también se hospedaron con nosotros, comúnmente conocidos como cucarachas. Pero ya sabéis que nosotros no nos desanimamos con cosas así y esa misma noche nos empezamos a organizar para ver lo que más nos interesaba del sur del país: los túneles de Cuchi y el delta del Mekong.

Mientras nos deleitábamos con unos pinchos a la brasa, y esperando que se apaciguará la tromba de agua que caía en ese momento, decidimos coger para la mañana siguiente un tour con guía para visitar los túneles del Vietcong.


Nos llevaron en bus durante 2 horas. Al llegar, vimos un video explicativo sobre los túneles. La ciudad de Cuchi se encuentra a unos 40 km de Ho Chi Minh y durante la guerra, se construyó bajo Cuchi una intrincada red de túneles de más de 250 km. Los túneles están a varios niveles y hay innumerables trampillas, estancias de almacenamiento, cocinas, hospitales de campo… y todo bajo tierra. En su apogeo había salvoconductos que se extendían hasta la frontera con Camboya.

Y aquí estuvimos nosotros, en esta zona conocida como el Triángulo de hierro. Nos enseñaron diferentes trampillas, nos intentamos introducir (algunos sin éxito) en los claustrofóbicos escondites de medida vietnamita. Y también recorrimos, los chicos durante 40m, y las chicas durante 100m, uno de los túneles abiertos y asegurados con hormigón en los que se permite la entrada. El colofón final lo pusimos disparando 5 balas cada uno. Laura y Eli eligieron la mítica arma rusa AK47 y Xavi y Dani una M16 americana. La vuelta en bus dio mucho que pensar pero visitar el Museo de la Guerra y ver las salas con las imágenes de los afectados por el agente naranja y el napal así como las consecuencias y las pérdidas de esa guerra sin sentido, te deja sin palabras.














Acabamos de aprovechar el día en Ho Chi Minh visitando el palacio de la reunificación, el emblemático edificio de correos y la catedral, también conocida como mini Notre Dame.





Los siguientes dos días los pasaríamos recorriendo diversos puntos del “cuenco de arroz” de Vietnam. El Mekong desemboca (¡después de pasar por 6 países!) en un gran delta que tiene numerosos brazos de río  en los cuales se concentran diferentes mercados flotantes.

En el camino de ida, paramos a visitar la pagoda de Vinh Trang que alberga estatuas de Buda inmensas. Tuvimos la suerte de ver a los monjes rezando antes de su primera comida y cantando sus oraciones.








Al llegar al delta, cogimos el barco que nos llevaría durante ese primer día a visitar diversas islas. Cada una de ellas se caracterizaba por elaborar un producto típico. Lo curioso de ver es el proceso, todo en el mismo recinto, desde la materia primera al producto ya elaborado. Vimos cómo se hacían los caramelos de coco y unos postres de miel. En una de esas visitas todos acariciamos, con más o menos cariño, a una pitón que pusieron sobre nosotros.







Montamos los cuatro en una barca a remo por uno de los tranquilos canales del Mekong. Comimos frutas tropicales y vimos una granja de cocodrilos. Dani se atrevió a darles de comer un buen trozo de ternera a través de una caña.




Esa noche dormiríamos en unas cabañas de un vietnamita tocando el mismo río. Aprovechamos para recorrer un poco los alrededores y descansar en unas hamacas pero pronto fuimos a dormir ya que a la mañana siguiente teníamos que ponernos en pie antes de las 6.




El madrugón mereció la pena por ver el mercado flotante de Cai Rang. Desde muy temprana hora los vietnamitas acuden para comprar y vender todo tipo de frutas y verduras sobre las aguas. Para distinguir desde la lejanía el producto utilizan unas astas altas en las que cuelgan lo que venden ese día. Como una imagen vale más que mil palabras aquí os dejamos algunas de las muestras que tomamos.








Después del mercado, visitamos una fábrica de noodles, una de las comidas típicas de Vietnam y de toda Asia. Los juegos con un niño vietnamita algo hiperactivo nos despidieron del delta y volvimos por carretera a Ho Chi Minh.




Paseamos por un parque e hicimos un poco de ejercicio tal y como hacen aquí los vietnamitas. Es impresionante ver lo bien que juegan a bádminton en cualquier sitio y la de gente que se concentra para las clases diarias de aerobic en plena calle.





La última mañana la dedicamos a hacer las últimas compras-regateos y a ordenar la maleta en plan “tetris” para que cupiera todo. Ahora redactamos desde el aire, estamos sobrevolando la India y en pocas horas aterrizaremos en Doha para hacer la primera escala. Esperamos no quedarnos esta vez aquí y poder llegar a Barcelona a la hora prevista.

Eso sí, ya ha habido un percance con las maletas, y a alguno de nosotros nos han hecho ir al registro de equipaje a abrir la maleta y dejar alguna que otra cosa de las que llevábamos. ¿Adivináis a quien le han retenido la maleta y le han hecho deshacerse de algo? ¡Es la última pregunta de nuestro particular juego y el ranking sigue igualado! En la próxima entrada desvelaremos al ganador y el premio. (Por cierto, a las que les pisparon alguna prenda de ropa fueron a Eli y Laura, y también fueron ellas las que lanzaron sus deseos al río de Hoi An).

Muchas gracias por acompañarnos durante todos estos días. Tenemos muchísimas visitas y a los cuatro nos hace mucha ilusión el seguimiento. ¡En nada nos vemos, muchos besos!

Xavi, Eli, Dani y Laura



2 comentarios:

  1. A Dani!!!!
    Uoo, ya estáis aquí, y ya conocéis a Ares :)

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  2. Quan surts per fer el viatge cap a Ítaca,
    has de pregar que el camí sigui llarg,
    ple d’aventures, ple de coneixences.
    Has de pregar que el camí sigui llarg,
    que siguin moltes les matinades
    que entraràs en un port que els teus ulls ignoraven,
    i vagis a ciutats per aprendre dels que saben.

    Final de trajecte. Benvinguts a casa. Ens heu fet gaudir molt i emocionat amb les vostres narracions i les fotografies.Moltes gràcies i fins el proper viatge!
    Per cert, en quan al joc de les preguntes, aquest cop jo no hi participo, perquè abans que féssiu la pregunta per escrit ja sabia la resposta amb anterioritat, perquè ho vàreu explicar a l'arribada. Per tant crec més honest que siguin els altres els que responguin.
    Salut i fins aviat!
    ParePep

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